Me gustaría compartir con ustedes algo que surgió de un intercambio de mails que tuve con un amigo hace poco hablando de las relaciones de pareja… el me planteó lo siguiente:
“A veces pienso si es correcto pensar que uno debe ENCONTRAR EL AMOR DE SU VIDA, o si la cosa es más simple. Si en realidad uno lo que va teniendo en la vida son COMPAÑEROS DE MOMENTOS. En la infancia unos, en la adolescencia otros, en la juventud otros, madurez y así”
A lo cual yo le respondí:
Con respecto a tu cuestión acerca de “ENCONTRAR EL AMOR DE TU VIDA” , la verdad que no se bien que decir. Vengo de una familia muy tradicional partiendo de la base de que se conocieron a los 17 años de mi mamá y aún siguen juntos amándose y eligiéndose pese a las diferencias. A veces (cuando tienen alguna crisis o se pelean) los veo y me pregunto si serían más felices cada uno por su lado y en algún punto creo que valoran sobre todo el compañerismo, la confianza, el cuidado mutuo. En ocasiones pienso que ya no comparten tantos gustos, pero tampoco necesitan estar pegoteados todo el día, por lo que cada uno hace lo que le gusta y comparten otro tanto de cosas que los dos disfrutan. Pero aun habiendo cambiado siento que se aman profundamente, no podría decir “como el primer día” porque es lógico que después de 32 años juntos el amor va transformándose, pero la base es siempre la misma. Creo que la vida es un constante cambio y si uno sigue eligiendo a su pareja luego de haber cambiado en innumerables aspectos, es porque ese amor sigue intacto y puro.
Creo que un compañero para cada etapa de la vida sería sin dudas más refrescante, pero no tendría historia, no podrían mirar atrás y conocer el recorrido del otro. No verían el producto del amor todos los domingos en la mesa familiar con los hijos y nietos. No sabrían que cosas fueron las que lo llevaron a ser lo que son. No entenderían sus procesos internos. No conocerían las historias de su vida. Aparte, un compañero para cada etapa no es muy compatible con una familia unida. Al menos a mi me parece que esta bueno darles el ejemplo de familia, siempre y cuando se sientan las dos partes felices obvio… no serviría de nada estar “por los chicos” pero digo… creo que las relaciones duraderas son un valor que hay que saber conservar y cuidar debidamente.
Si a mí me dieran a elegir entre una casa que yo mande a construir, que conozco los materiales con los que se hicieron los cimientos, que la fui acomodando a mi manera, que me adapté a sus espacios, esa casa donde me siento cómoda y aunque estuviera en medio de la noche si una luz prendida sabría exactamente por donde caminar. Esa casa de la cual conozco sus ruidos, sus crujidos, sus defectos, que sé en qué lugares me siento más cómoda, esa que tiene olor a hogar y que se siente cálida… Y por otro lado me ofrecieran mudarme a una nueva, que no sé como la construyeron, ni que materiales usaron, con paredes de durloc, pisos flotantes que duran como mucho 10 años, esa casa que no tiene historia, que entras y es fría, que se ve muy linda pero no tiene el valor de haber puesto cada marco de ventana, cada zócalo, de haber elegido sus azulejos… Yo sin dudas me quedaría en mi casa antigua donde sé que quizás no está reluciente pero la amo y me siento en casa, segura, confortable, acogida, sé que si hay una tormenta nada terrible puede pasar, conozco la resistencia, se que cosas puedo esperar de ella, de pronto en algún momento le tenga que cambiar la instalación eléctrica por los años que tiene, pero lo haré con gusto sabiendo todos esos años que disfruté de ella.
Por otro lado cambiamos constantemente a lo largo de la vida, porque de eso se trata… de recorrer un camino de un continuo aprendizaje y así como cambiamos van cambiando las relaciones, pero como dije, mientras haya amor y ambas personas sigan admirando y valorando a la pareja, creo que vale la pena esa compañera de vida, más que el pibe joven o la chica nueva, que nos genera sensaciones desconocidas, que nos mantiene alertas y con las barreras protegiendo el campo emocional. Con esto (que no se mal entienda) no digo que uno deba permanecer junto a la pareja toda la vida sólo porque hay historia, sino porque el amor permanece.
Creo que a veces uno busca en la pareja lo que en realidad necesita cambiar interiormente y comete el error de pensar que cambiando a la pareja eso en nosotros va a cambiar. Esto es como decir: “acá en Buenos Aires me siento ahogado y angustiado” y viajar a la india con la ilusión de que mágicamente al llegar al destino todo cambie. Probablemente por unos días nos sentiremos renovados porque el aire es otro, pero cuando volvamos a una rutina todo ese ahogo va a volver, porque no tenía que ver con el lugar sino con algo interno.
Quizás soy hincha con esto de dar tantos ejemplos de lo mismo, pero creo que cuantas más analogías uso más claro va a quedar el concepto que quiero transmitirte.
Muchas veces pasa cuando dos personas se separan, que no se dejaron de amar, pero el otro proyecta en nosotros lo que no pudo lograr y piensa que somos los responsables de sus fracasos sin darse cuenta que nadie más que uno es responsable de las cosas que no pudo realizar. Siempre es más fácil echarle culpas a otros y victimizarnos, pero el modo de trascender es haciéndonos cargo de lo que nos corresponde y trabajando sobre nuestra personalidad, entender que no encontraremos afuera lo que no existe dentro.
Aunque soy transgresora y me gusta romper con ciertas estructuras de la sociedad, tengo un lado súper conservador. Sueño con encontrar ese compañero con quien compartir los mejores momentos de mi vida, que me conozca completa, con mis defectos y virtudes. Que sea cómplice de mis logros y mis fracasos, que me aliente, que me acompañe, que confíe en mí, que con una sola mirada sepa lo que le quiero decir, que me cuide cuando me sienta enferma y se divierta conmigo cuando goce de salud. Que crezca conmigo y juntos seamos mejores personas, que tenga la capacidad para sacar lo mejor de mí (y viceversa en todo) que atravesemos las crisis confiando en que pese a las diferencias que puedan surgir, los dos le deseamos lo mejor al otro… que pase lo que pase sepamos que sobre todo hay amor y mientras haya amor sigamos caminando agarrados de las manos.
Es un poco idealista mi pensamiento, lo sé, pero el primer paso para que algo se haga realidad es soñarlo. Después el universo se encargará de proveer.
No se si se entendió mi punto de vista y si fui clara con mis explicaciones. Básicamente, no creo que la solución sea tener una pareja para cada etapa de la vida. Creo que la pareja es un compañero que camina al lado nuestro, pero el camino es individual y más que cambiar de pareja hay que transformar el interior porque ahí está la felicidad. Si buscas la felicidad en otro estas sonado… amar es compartir la felicidad personal con otra persona… si esa felicidad no existe en el interior, imposible que surja de afuera. Por otro lado, la felicidad es algo oscilante, es un estado, no una constante… es algo que viene y se va, y gracias a Dios que es así, porque si estuviéramos siempre bien, dudo que nos replanteáramos las cosas que trabajamos cuando estamos tristes. Las crisis son las mejores oportunidades que nos da la vida para trascender! Y dale con esa palabra… pero bueno, es así, para mi es así.