miércoles, 2 de marzo de 2011

¿Que quiero?

Quiero ser yo y que alguien encuentre en mi eso que busca.
Quiero espontaneidad.
Quiero amar sin estrategias y vivir intensamente el encuentro con otra persona…
Quiero compartirlo todo, no tener vergüenza de mostrarme tal cual soy, con mis defectos y virtudes.
Quiero bailar ridículamente sin miedo a lo que otro piense.
Quiero reirme y que me duela la panza, quiero divertirme.
Quiero estar en pleno silencio con su sola compañía, quiero hablar por horas.
Quiero dormir a su lado y extrañarlo cuando no este.
Quiero un amor intenso y comprometido.
Quiero confiar y que alguien confíe…
Quiero sentir y saber que alguien siente igual.
Quiero proyectar y que alguien proyecte conmigo.
Quiero cuidar y que me cuiden…
Quiero amar con cada parte de mi ser y que me amen igual.

                                    No es eso lo que todos queremos?
                                          No se vos, pero yo si quiero.

miércoles, 23 de febrero de 2011

LA MATRIZ DIVINA

Recomiendo que vean esto, es muy interesante y creo que si todos tuvieran acceso a este tipo de información, el mundo sería un lugar más lindo donde vivir. Si comprendiéramos la importancia de nuestros sentimientos, de amarnos los unos a los otros y a nosotros mismos... en fin... lo dejo acá. Quizás alguien lo vea.

martes, 22 de febrero de 2011

no podemos escaparnos de nuestro camino...

Cuando pienso que todo se calmo y que logre llegar a un estado de armonía ideal, a una comunión conmigo misma… ZAZ! Algo aparece para movilizarme, para no permitirme estancarme en esa sensación de “llegue”.
Pensé que la crisis existencialista había pasado, que había encontrado adentro todo eso que en otro momento había querido hallar fuera.
De pronto, llega algo, alguien, a moverme las estanterías... con mucho miedo caminé en puntas de pie… me tomé el tiempo necesario para observar si ese a quien tenía en frente me era afín. Decidí tomar un camino distinto al que hubiese tomado en otra oportunidad.
En mi caso algo distinto sería, no tirarme a la pileta de una, no abrir el corazón y confiar en el otro sin antes conocerlo… pero de pronto caigo en la cuenta de que tome el camino que tome, las experiencias llegan igual. Aunque me cuide para no golpearme, aunque camine en puntas de pié y de pasos cortitos, si me tengo que quemar de nuevo, me quemo y me voy a quemar. Porque eso pertenece a un aprendizaje.
No creo tampoco que esto se trate de “quemarse” sino de dejar de querer controlar lo incontrolable.
Y trabajar sobre mis sombras más oscuras, observarlas, comprenderlas, asimilarlas, no luchar contra ellas y sobre todo limpiarlas… cuanta limpieza necesito no?
Yo vengo limpiando de lo lindo en estos últimos meses, pero no se acaba, es como cuando limpiaste toda la casa y de pronto te sacas los guantes, te sentas a disfrutar del olor a limpio y viene un viento fuerte y te llena de tierra la casa…y te obliga a levantarte y barrer otra vez...

El desafío es abrir más y más la conciencia y entender que una vez entres en el camino de la expansión de ella… difícil que puedas salir y hacer de cuenta que no te pasa nada.
Los velos van cayendo y ya no te podes hacer más la boluda. VES y PERCIBIS.

martes, 11 de enero de 2011

Las relaciones de pareja... desarrolle.

Me gustaría compartir con ustedes algo que surgió de un intercambio de mails que tuve con un amigo hace poco hablando de las relaciones de pareja…  el me planteó lo siguiente:

“A veces pienso si es correcto pensar que uno debe ENCONTRAR EL AMOR DE SU VIDA, o si la cosa es más simple. Si en realidad uno lo que va teniendo en la vida son COMPAÑEROS DE MOMENTOS. En la infancia unos, en la adolescencia otros, en la juventud otros, madurez y así”

A lo cual yo le respondí:

Con respecto a tu cuestión acerca de “ENCONTRAR EL AMOR DE TU VIDA” , la verdad que no se bien que decir. Vengo de una familia muy tradicional partiendo de la base de que se conocieron a los 17 años de mi mamá y aún siguen juntos amándose y eligiéndose pese a las diferencias. A veces (cuando tienen alguna crisis o se pelean) los veo y me pregunto si serían más felices cada uno por su lado y en algún punto creo que valoran sobre todo el compañerismo, la confianza, el cuidado mutuo. En ocasiones pienso que ya no comparten tantos gustos, pero tampoco necesitan estar pegoteados todo el día, por lo que cada uno hace lo que le gusta y comparten otro tanto de cosas que los dos disfrutan. Pero aun habiendo cambiado siento que se aman profundamente, no podría decir “como el primer día” porque es lógico que después de 32 años juntos el amor va transformándose, pero la base es siempre la misma. Creo que la vida es un constante cambio y si uno sigue eligiendo a su pareja luego de haber cambiado en innumerables aspectos, es porque ese amor sigue intacto y puro.

Creo que un compañero para cada etapa de la vida sería sin dudas más refrescante, pero no tendría historia, no podrían mirar atrás y conocer el recorrido del otro. No verían el producto del amor todos los domingos en la mesa familiar con los hijos y nietos. No sabrían que cosas fueron las que lo llevaron a ser lo que son. No entenderían sus procesos internos. No conocerían las historias de su vida. Aparte, un compañero para cada etapa no es muy compatible con una familia unida. Al menos a mi me parece que esta bueno darles el ejemplo de familia, siempre y cuando se sientan las dos partes felices obvio… no serviría de nada estar “por los chicos” pero digo… creo que las relaciones duraderas son un valor que hay que saber conservar y cuidar debidamente.

Si a mí me dieran a elegir entre una casa que yo mande a construir, que conozco los materiales con los que se hicieron los cimientos, que la fui acomodando a mi manera, que me adapté a sus espacios, esa casa donde me siento cómoda y aunque estuviera en medio de la noche si una luz prendida sabría exactamente por donde caminar. Esa casa de la cual conozco sus ruidos, sus crujidos, sus defectos, que sé en qué lugares me siento más cómoda, esa que tiene olor a hogar y que se siente cálida… Y por otro lado me ofrecieran mudarme a una nueva, que no sé como la construyeron, ni que materiales usaron, con paredes de durloc, pisos flotantes que duran como mucho 10 años, esa casa que no tiene historia, que entras y es fría, que se ve muy linda pero no tiene el valor de haber puesto cada marco de ventana, cada zócalo, de haber elegido sus azulejos…  Yo sin dudas me quedaría en mi casa antigua donde sé que quizás no está reluciente pero la amo y me siento en casa, segura, confortable, acogida, sé que si hay una tormenta nada terrible puede pasar, conozco la resistencia, se que cosas puedo esperar de ella, de pronto en algún momento le tenga que cambiar la instalación eléctrica por los años que tiene, pero lo haré con gusto sabiendo todos esos años que disfruté de ella.

Por otro lado cambiamos constantemente a lo largo de la vida, porque de eso se trata… de recorrer un camino de un continuo aprendizaje y así como cambiamos van cambiando las relaciones, pero como dije, mientras haya amor y ambas personas sigan admirando y valorando a la pareja, creo que vale la pena esa compañera de vida, más que el pibe joven o la chica nueva, que nos genera sensaciones desconocidas, que nos mantiene alertas y con las barreras protegiendo el campo emocional. Con esto (que no se mal entienda) no digo que uno deba permanecer junto a la pareja toda la vida sólo porque hay historia, sino porque el amor permanece.

Creo que a veces uno busca en la pareja lo que en realidad necesita cambiar interiormente y comete el error de pensar que cambiando a la pareja eso en nosotros va a cambiar. Esto es como decir: “acá en Buenos Aires me siento ahogado y angustiado” y viajar a la india con la ilusión de que mágicamente al llegar al destino todo cambie. Probablemente por unos días nos sentiremos renovados porque el aire es otro, pero cuando volvamos a una rutina todo ese ahogo va a volver, porque no tenía que ver con el lugar sino con algo interno.

Quizás soy hincha con esto de dar tantos ejemplos de lo mismo, pero creo que cuantas más analogías uso más claro va a quedar el concepto que quiero transmitirte.
Muchas veces pasa cuando dos personas se separan, que no se dejaron de amar, pero el otro proyecta en nosotros lo que no pudo lograr y piensa que somos los responsables de sus fracasos sin darse cuenta que nadie más que uno es responsable de las cosas que no pudo realizar. Siempre es más fácil echarle culpas a otros y victimizarnos, pero el modo de trascender es haciéndonos cargo de lo que nos corresponde y trabajando sobre nuestra personalidad, entender que no encontraremos afuera lo que no existe dentro.
Aunque soy transgresora y me gusta romper con ciertas estructuras de la sociedad, tengo un lado súper conservador. Sueño con encontrar ese compañero con quien compartir los mejores momentos de mi vida, que me conozca completa, con mis defectos y virtudes. Que sea cómplice de mis logros y mis fracasos, que me aliente, que me acompañe, que confíe en mí, que con una sola mirada sepa lo que le quiero decir, que me cuide cuando me sienta enferma y se divierta conmigo cuando goce de salud. Que crezca conmigo y juntos seamos mejores personas, que tenga la capacidad para sacar lo mejor de mí (y viceversa en todo) que atravesemos las crisis confiando en que pese a las diferencias que puedan surgir, los dos le deseamos lo mejor al otro… que pase lo que pase sepamos que sobre todo hay amor y mientras haya amor sigamos caminando agarrados de las manos.

Es un poco idealista mi pensamiento, lo sé, pero el primer paso para que algo se haga realidad es soñarlo. Después el universo se encargará de proveer.

No se si se entendió mi punto de vista y si fui clara con mis explicaciones. Básicamente, no creo que la solución sea tener una pareja para cada etapa de la vida. Creo que la pareja es un compañero que camina al lado nuestro, pero el camino es individual y más que cambiar de pareja hay que transformar el interior porque ahí está la felicidad. Si buscas la felicidad en otro estas sonado… amar es compartir la felicidad personal con otra persona… si esa felicidad no existe en el interior, imposible que surja de afuera. Por otro lado, la felicidad es algo oscilante, es un estado, no una constante… es algo que viene y se va, y gracias a Dios que es así, porque si estuviéramos siempre bien, dudo que nos replanteáramos las cosas que trabajamos cuando estamos tristes. Las crisis son las mejores oportunidades que nos da la vida para trascender! Y dale con esa palabra… pero bueno, es así, para mi es así.




lunes, 10 de enero de 2011

Bienvenido 2011!

Parece mentira que hayan pasado tan pocos meses y mi vida haya cambiado tanto. Bueno no se si fue la vida en si lo que cambio sino el ángulo desde el cual la observo y vivo. Estaba convencida de que este momento llegaría y tenía la fe de que tarde o temprano me reencontraría conmigo misma, con ese ser espiritual que de chiquita había sabido ser. 

Siempre me caractericé por tener una fe ciega en lo invisible. No me hacía falta “ver para creer” porque simplemente algo dentro mío me decía que una fuerza divina yace dentro nuestro y que si sabemos guiarnos por esa voz interna, siempre caminaremos por el camino correcto. Pero en determinado momento de mi vida algo sucedió y mi espiritualidad quedó congelada y petrificada por los juicios internos y  el intento de intelectualizarlo todo me hizo ser una yo diferente. Comprendí que esa también era yo y que no debía luchar contra esas características sino observarlas e ir modificándolas amorosamente. Solo con los ojos del amor propio podemos mutar las características más oscuras de nuestra propia existencia.

Me había olvidado de que  no siempre los ojos son capaces de ver  lo que se percibe con el alma. Y cuestioné todo y cuanto había creído hasta el momento. Sintiéndome más inteligente que el resto en ese momento. Sin darme cuenta que era mi necesidad de conocer el otro lado para volver más fortalecida que nunca. Eso me llevó a conocer mis sombras más oscuras y aprender de ellas. Porque somos seres duales y somos blanco y negro a la vez. El único modo de ser íntegro, es exactamente sabiendo integrar ambas partes sin los juicios. Es un proceso que todos los que buscamos trascender debemos atravesar. Quizás soy un poco reiterativa con esto del “ser dual”, pero creo que solo comprendiendo que somos buenos y malos, podemos caminar en el camino de la verdad y emprender un viaje de luminosidad y amor profundo hacia nosotros mismos. Porque nosotros mismos somos la naturaleza divina y la naturaleza somos todos y cada uno de los seres que viven en esta tierra y si comprendiéramos esa premisa, dejaríamos de lastimar al mundo pensando que eso no nos afecta. Tomaríamos conciencia de que solo si todos estamos bien el mundo puede ser un mejor lugar donde vivir. La vida nos va a llevar constantemente a recordar esto en momentos donde queramos putear al que nos cruza el auto, al que nos roba el taxi, al que nos maltrata sin razón, hasta entender a quien nos asalta a mano armada y nos golpea.  Suena idealista y hasta boludo, pero solo comprendiendo que todos somos una misma cosa vamos a poder amarnos los unos a los otros debidamente. Estamos en un momento de mucho cambio donde es necesaria una expansión de conciencia, donde es perentorio que nos conectemos con el amor universal, asi que los invito en este año que recién comienza, a abrir sus corazones y a expandir sus conciencias para juntos lograr más salud, más trabajo, más amor, más abundancia, más ecología, más cosas buenas…. Si cada uno pone su granito de arena y piensa que se puede, SE VA A PODER!!!

jueves, 23 de diciembre de 2010

feliz fin de año!

Hacía años que la navidad era símbolo de tristeza y melancolía para mi. Este año vaya uno a saber porque, me siento en paz, y contenta. Siento como mucho amor adentro mío y unas ganas inusuales de expresarlo a los demás. Creo que tiene que ver con lo que venía diciendo en mi anterior post. Cargaba con el peso del rencor, era como un cáncer que dolía en ciertos momentos claves.
Ahora me siento como si me hubieran extirpado el tejido enfermo y la sangre dentro mío fluyera de otro modo.
Pasó algo bastante loco y fue que a partir de la creación de mi Blog, fui sintiéndome cada vez mejor. No digo que  el blog me haya “curado” pero creo que tuvo que ver el hecho de soltarme y permitir que otros me conozcan un poco más, creo que tiene relación directa con mi sanación interna.
Cuando uno tiene miedo se cierra y cuando se cierra no deja a los demás que conozcan su interior y si no mostramos lo que somos nos ponemos una careta que lo único que logra es consumir nuestra energía vital... No digo que haya sido un Bluff todo este tiempo sino que me resguardaba demasiado, de quienes no debía.
Me siento como más abierta. Hablo con mis amigas de las cosas que me pasan, no contesto cosas como para evadir una respuesta… sinceramente debo decir que mi balance del año es ARCHI positivo y me siento orgullosa de mi misma, aunque suene soberbio. Me siento feliz de haberme bancado el trago amargo y ver tanto cambio.
El miércoles fue mi última sesión de terapia del año y cuando llegué sentía que no sabía de qué hablar, estaba asombrosamente en paz, al final siempre encontramos cosas para seguir trabajando, pero fue lindo mirar hacia atrás y ver como toda la tormenta  había pasado y el sol entraba por la ventana con rayos fuertísimos que me bronceaban la piel.
Agradezco a la vida por ponerme obstáculos que me permitan seguir creciendo. Y les agradezco a ustedes, sea quien fuera que me lea… por estar del otro lado de la pantalla.
En estas fiestas quiero desearles paz interior y armonía. Espero que sepan encontrar el amor profundo dentro suyo y no busquen afuera lo que yace dentro.  
Un abrazo lleno de amor y mis mejores deseos para el año que comienza!

lunes, 20 de diciembre de 2010

Chau a las cosas que no sirven más.

Este ultimo tiempo estuve trabajando firmemente sobre mis mecanismos de defensa y agradeciéndoles por haber sido parte de mi vida, pero despidiéndolos y enfrentándome a una nueva etapa sin ellos.
Sirvieron, funcionaron en su momento, pero hoy carecen de sentido. Y como poco a poco quiero ir trascendiendo mis propios límites, creo que es un buen momento para soltarles la mano.
Lo comparto con ustedes porque creo que todos tenemos mecanismos para defendernos de las cosas que nos duelen…
Yo por ejemplo suelo “ignorar” a las personas que me hicieron daño. Hago de cuenta que me chupan un huevo, pero gasto tanta energía para que no me importen que me doy cuenta que me importan demasiado y por eso los ignoro.

Con mis abuelos por ejemplo, me pasa exactamente eso. Mi abuelo me defraudó en un momento clave de mi vida y para mi fue tan duro que decidí que ya no iba a formar parte de mi círculo de confianza. Y mi abuela siempre fue cariñosa con mis hermanas pero conmigo muy seca. Así que cada vez que venían a mi casa o estábamos en un evento familiar, hacía de cuenta que no existían. Mi abuela es inimputable pero mi abuelo, pasó de ser un abuelo querido a una persona que si se muere no me importa. Y la verdad es que SI me importa, pero me dolió tanto su traición que no la pude superar. Hasta hoy, que dije: de que me sirve seguir en esta postura si la única que se hace daño soy yo? Y tengo decidido perdonarlo y explicarle porque lo ignoré todo este tiempo. Mi psicólogo dice que no tenga expectativas cuando le hable, porque si las tengo, puede volver a defraudarme… y tiene razón, porque  la sanación es para mí. Poder perdonar es algo mío… y el desapego al resultado es lo único que me va a “limpiar el alma”. No es casualidad que a fin de año me esté planteando este tipo de cosas. Creo que aunque sea de modo figurativo, tiene cierto sincronismo y es bueno aprovechar la despedida de un año para drenar el “agua podrida de la cañería”. Con el fin de un ciclo desechar aquello que ya no sirve.
Así que los invito a ustedes, a que revisen en su corazón que cosas quieren despedir en este fin de año para empezar el próximo con los zapatos cómodos sin piedras que nos molesten.